Espiritualidad

MISIÓN AL ESTILO DE JESÚS Y  LAURA MONTOYA


MODELO PEDAGÓGICO DE JESÚS

Como misioneros Seglares de Madre Laura estamos siguiendo dos modelos, el primero es Jesús y el otro es Laura Montoya.
Seguimos a Jesús como maestro. Jesús parte de la realidad, es muy concreto en sus enseñanzas, pone rostro a la presencia de Dios y lo hace acercándonos el mensaje con las cosas cotidianas porque cerca de nosotros está la palabra y la saca a la luz con las cosas más sencillas y simples de la vida donde el Señor revela su misterio.

El eje transversal de la pedagogía de Jesús es EL AMOR Y LA MISERICORDIA

Su misión es anunciar el reinado de Padre y restaurar la dignidad del ser humano.
Él desarrolló esta misión en medio de un pueblo pobre, recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando entre el pueblo toda clase de enfermedades y dolencias (Mt. 4, 23).
Su tarea consistió en restituir la vida de los que la sociedad había excluido, los enfermos, las viudas, los huérfanos, los ancianos, los endemoniados, los afligidos, los extranjeros y los pobres. Es decir, vino a hacer presente el Reino de Dios y lo hizo a través de actos de liberación para restaurar la dignidad de los seres humanos.

En síntesis vemos que Jesús es nuestro modelo de maestro, utilizó en sus enseñanzas la pedagogía del amor, siguiendo unos sencillos pasos:

·      Se acercaba – para enseñar hay que acercarse al otro – Jesús se aproxima a sus discípulos, se hace próximo, deja la distancia para vivir el encuentro.

·      Caminaba con la gente – para enseñar hay que caminar con el otro – Jesús les dedica tiempo, esfuerzo, comparte su vida se compenetra con su realidad. Por eso la gente se siente aceptada por Jesús y lo escucha. (Por ej.: ver su relación con la Samaritana (Jn 4, 4ss), con la adúltera (Jn 8, 10-11), la parábola del hijo pródigo (Lc 15, 11ss etc.

·      Preguntaba – para enseñar hay que escuchar al otro – Jesús pregunta sobre la realidad, a veces es necesario preguntar para que el otro hable, para que pueda expresarse y deje conocer su interioridad, penas y alegrías. Jesús servidor humilde (Jn 13), se relaciona con el otro con sencillez (Lc 15, 1-2; Mt 11, 18-19); no oculta sentimientos (Jn 11, 33-35; Mt 15, 32), ni necesidades. Por eso la gente se siente bien con Él y le abre su corazón y él escucha.

·      Volvía a preguntar – para enseñar hay que preguntar para que el otro tome la palabra – a veces una sola pregunta no basta para que lo profundo del otro surja, hay que crear un clima de encuentro, de interés. Jesús ama auténticamente a cada persona, especialmente al pobre y pecador (Jn 10, 11). Ve en cada persona la necesidad de Dios, por eso la gente se siente valorada cuando se encuentra con Él.

·      Interpretaba las escrituras – para enseñar hay que iluminar la vida – la palabra de Jesús se apoya en la palabra, a partir de las escrituras les iluminaba la vida oscura, sin sentido, desanimada, trasforma desde dentro. Jesús lo sabe todo porque él  también tuvo dificultades y sintió temor (Mt 26, 37), pero supo encontrar en el Padre fuerzas para encarar las dificultades de la misión.

Reflexión:   ¿Qué actitudes me impiden un real encuentro con el otro? ¿Cómo puedo hacer mías las actitudes de Jesús? 

MODELO PEDAGÓGICO DE MADRE LAURA

El eje principal del modelo pedagógico de Laura Montoya es el AMOR MATERNAL Y EL AMOR DE CARIDAD.
El amor de una madre la lleva a sacrificarse por sus hijos, dolor de parto, noches de desvelos, trabajo doméstico anónimo, privación del pan para satisfacer las necesidades de sus hijos, en pocas palabras “dar la vida por aquellos a quienes ama”, lo dijo Jesús en Juan 15, 13 y es que el amor maternal tiene sus raíces en el amor de Dios Padre – Madre.

La Madre Laura propone cómo entender la caridad… “es un amor tal que no exige sacrificios para cumplirlo. Tener un juicio benigno con el prójimo, no resistirse… es caridad”.
Se hace realidad cuando se descubre y se percibe en otras “cositas de Dios, hechura de sus manos, objeto de su ternura, causa de la pasión de Jesús… Señor de nuestra alma”
Más que una virtud, la caridad es un don del Espíritu Santo, que ayuda a ver a la persona, sea buena o no, sea amiga o enemiga, amable o déspota, como cositas muy amadas de Dios. Y ¿cómo no he de amarlos? Si el Señor de mi alma los ama y vierte en ellos su poder y su sabiduría y su bondad y su grandeza toda. ¿cómo no he de amarlos? ¿cómo no he de hacer algo por ellos?

El modelo pedagógico que utiliza Madre Laura es la misma pedagogía de Jesús, pedagogía del amor, Anunciar la Buena Nueva, desde los más pobres y dejándonos evangelizar por ellos, compartiendo sus angustias y esperanzas, sin olvidar que superarlos en la forma de vivir, es alejarlos” 


 Siguiendo estos dos modelos, el fin de semana pasado salimos a misión recordando y tratando de poner en práctica lo que Jesús y Santa Laura nos han enseñado, por eso quisimos ir al encuentro de la gente, visitar cada casa del sitio de misión, escuchar y compartir experiencias.

   



Además esta bonita experiencia nos sirvió para vivir la fraternidad y fortalecernos como grupo.











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